Ermita rupestre de San Martín

Oculta bajo los farayones rocosos de la Sierra, se encuentra en un abrigo con fuentes y depósitos de agua, esta muestra del románico que se ha convertido en uno de los destinos de senderismo y turismo más visitados de Capella gracias a las de curiosas esculturas de piedras compuestas por el vecino de Capella Joaquín Sesé. En un entretenido paseo desde el puente románico se llega a este enclave con unas vistas dominantes sobre los macizos pirenaicos y el valle del Isábena. 

El edificio, pese a su ruina, destaca por su nave rectangular, con los gruesos muros a modo de fortaleza con acceso por un pórtico en arco de medio punto. En su centro se abre una puerta de acceso a la zona absidial, con un altar y una pila bautismal. El acceso presenta un arco de medio punto cuyas dovelas, de pequeño tamaño, evidencian su datación relativamente tardía.

En este área se encuentras varios establos rupestres y un estanque natural.